Psicología Sistémica: La importancia de las relaciones familiares
Muchas veces, desde fuera de la Psicología, es difícil para las personas entender exactamente cómo trabajamos los psicólogos.
La Psicología, tiene una característica que la hace muy interesante y enriquecedora. Cuándo acudimos a un psicólogo debemos conocer qué tipo de recursos o herramientas va a usar (si pertenece o se decanta por alguna corriente psicológica concreta).
Como hemos dicho anteriormente, la psicología parte del beneficio de que, si se usa bien, puede abarcar muchas problemáticas y ser muy enriquecedora.
Es una ciencia “relativamente nueva” que no se ha formado a partir de una única línea de estudio, sino que, la psicología es el resultado del estudio de muchas escuelas alrededor del mundo como pueden ser el Psicoanálisis, la Psicología Conductual, la Psicología Cognitiva, la Psicología sistémica, etc.
Ser tan rica en corrientes, la transforma en una “potenciadora de herramientas” ya que desde mi perspectiva el secreto es poder usar lo mejor de cada una y si es posible que las técnicas estén contrastadas empíricamente.
También es cierto, que, dependiendo de la problemática o de la corriente en la que se ha formado, el Psicólogo tenga más tendencia por un paradigma que por otro.
Ejemplo de un caso
Imaginemos que tenemos una familia, donde los padres vienen muy afligidos ya que su hija de 8 años les desafía constantemente, cuando los padres le expresan que debe realizar una tarea o acción.
Pongamos por ejemplo que es sábado por la mañana y la familia ha decidido ir a la feria por la tarde, siempre y cuando la hija haya acabado sus tareas escolares.
La niña expresa que no quiere hacer las tareas en ese momento. Los padres le dicen que debe hacerlo para poder ir a la feria a la tarde. La niña, frustrada, expresa su negación en forma de rabieta.
La madre agotada de la situación accede a que la hija haga las tareas al día siguiente. Consecuentemente se produce una discusión con el marido.
¿Cómo deberían haber actuado los padres?
Lo adecuado hubiera sido que los dos progenitores estuvieran de acuerdo para que la hija no cree una desigualdad de roles y lo aproveche para salirse con la suya.
Una situación como esta, que pasa todos los días, se puede explicar muy bien desde la Psicología Sistémica.
¿Qué es la Psicología Sistémica?
La Psicología Sistémica no está centrada en el individuo sino en la interacción de sus elementos que forman el sistema (en este caso el de las interacción de los familiares).
La relación que hay entre los elementos crea que la comunicación que emerge sea diferente que si estuvieran los elementos sin relacionarse. En el ejemplo anterior sería la familia.
La familia que crean los tres individuos y las relaciones que emergen entre ellos se entiende como un sistema. Para que un sistema funcione siempre debe estar en equilibrio.
¿Qué ha pasado en la familia?
Para que un sistema, en este caso, un sistema familiar se desarrolle de manera adecuada y pueda evolucionar, la calidad de la comunicación en las interacciones de las relaciones es la clave.
Si nos fijamos en los hechos ocurridos en el ejemplo, los roles de los padres (la comunicación entre ellos) ha provocado que la niña desequilibre el sistema. La hija ha obtenido el poder de la madre para poder llevar a cabo su objetivo y por tanto el sistema (que debería estar en equilibrio) se ha descompensado y como tal, ha dejado de funcionar.
Las acciones y reacciones que han surgido en el sistema familiar, lo han “desequilibrado“ cambiando el contexto óptimo para que la familia pudiera cumplir su objetivo.
¿Qué podemos hacer para mantener un sistema familiar sano?
- Debe siempre en la familia producirse una comunicación adecuada y de calidad, que permita una interacción correcta para que el sistema funcione.
- Debemos entender que un sistema, en este caso, un sistema familiar no funciona con relaciones lineales entre sus miembros sino de forma circular. Con lo cual no hay un único hecho que provoque la causa, sino que es el conjunto de factores los que dan lugar a las acciones y, por tanto, desarrollan y hacen que el sistema sea saludable, desarrollándose correctamente. Las relaciones y comunicación en el sistema deben ser claras, fluidas y de calidad.
Como decía Virginia Satir, los sentimientos de valor sólo pueden florecer en un ambiente donde se aprecien las diferencias individuales, se toleren los errores, donde la comunicación sea abierta y las reglas sean flexibles, el tipo de ambiente que se encuentra en una familia cariñosa.