Las cicatrices del corazón: La obesidad
Los padres de Karen llevan tiempo preocupados por ella. Finalmente, y en contra de su voluntad, deciden llevarla a un psicólogo. Los padres expresan al psicólogo lo alarmados que están por los síntomas que Karen lleva un tiempo mostrando. No la reconocen. Está muy apática, desafiante y poco colaboradora, guarda comida que compra a escondidas, etc. Ante el psicólogo, Karen, ni tan siquiera abre la boca.
La realidad, es que los padres de Karen, ya se han acostumbrado a vivir en un estado de alerta constante. Cada pocos días intenta autolesionarse, hasta el punto que han tenido que poner bajo llave: cuchillos, platos, vasos, cristales, perfumes… Cualquier cosa con la que Karen, por un acto de impulsividad, pudiera hacer peligrar su vida. A veces, le comentan al psicólogo, que encuentran escritos de ella con pensamientos autodestructivos.
Hacen salir a Karen del despacho, los últimos diez minutos de consulta. Los padres, le expresan al psicólogo, que no han conseguido saber el porqué, pero que Karen se vuelve muy ansiosa y agresiva, sobre todo cuando va a casa de su mejor amiga. Come de manera irregular y se harta de cosas que antes no solía comer como patatas, croissants, chocolate, etc.
Deciden que el psicólogo continúe haciendo terapias semanales con Karen a solas. Todos ven que cada vez se alimenta más mal, tanto que le está llevando a una obesidad peligrosa para su salud. De hecho, ya le han diagnosticado Diabetes de tipo 2.
Karen expresa sentirse como una “bola” pero le menciona al psicólogo, que comer, es lo único que le alivia en los momentos que siente mucha ansiedad, culpabilidad y un grado de descontrol en su vida en todos los ámbitos. Reconoce ser autodestructiva.
Después de muchas sesiones, el psicólogo le comenta, ¿Qué te alivia? ¿Hay alguna cosa que te preocupe Karen? La paciente expresa llorando y fuera de sí, lo que le ha llevado a la ingesta compulsiva y a las autolesiones. Las experiencias que cuenta Karen al psicólogo, permiten pensar que se trata de un caso mucho más complejo, de lo que parecía al principio.
Como en la mayoría de los casos, dónde hay un trastorno alimentario, la sintomatología, es tan solo la punta del iceberg, de un problema mucho más grave sostenido en el tiempo. Karen le expresa al psicólogo el origen del problema. Comenta que cuando era más pequeña, el padre de su mejor amiga no les dejaba jugar, si antes, no les tocaba sus partes íntimas. Ahora han pasado los años, cada vez que va a su casa y lo ve, se siente terriblemente culpable y lo paga con la comida y las autolesiones. No quiere delatar al padre de Keila, ya que no quiere que vaya a prisión y que su mejor amiga se quede sin padre. Karen piensa que es culpa suya, su cuerpo era bonito, en cambio, ahora que tiene sobrepeso, nadie se va a acercar a ella. Le expresa varias veces al psicólogo que ella es la única culpable de que su cuerpo haya sido deseado y que los sentimientos de culpa la perseguirán siempre. Nunca podrá librarse de ellos. Piensa que realmente la única manera de que no vuelva a ocurrir, es mantenerse en su cuerpo no deseable y castigarse, mediante autolesiones por dejar que ese hombre con 8 años la tocara. Hecho que nunca hubiera tenido que permitir.
Desgraciadamente, el caso clínico expuesto de Karen, no es un caso aislado. Aquí está expresado mediante una sintomatología de Trastorno Alimentario de Obesidad, pero es frecuente en cualquier tipo de trastorno alimentario.
¿QUÉ ES EL TRASTORNO ALIMENTARIO POR OBESIDAD?
La obesidad también se engloba dentro de los trastornos alimentarios, ya que también se caracteriza por una mezcla de descontrol en la alimentación junto con altos niveles de impulsividad.
Sus principales síntomas (manera que tiene el cuerpo de expresar su malestar) son:
- Cambios en la ingesta de comida: desordenada y compulsiva.
- Cambios conductuales: Cambios muy exagerados de comportamiento.
- Cambios fisiológicos:
- Cambios bruscos de peso que siguen una línea ascendiente en la que existe un exceso de tejido graso en el organismo.
- Presión arterial alta.
- Niveles de colesterol elevados.
- Diabetes tipo 2.
- Enfermedades coronarias.
- Daños en el aparato digestivo, huesos, dientes y boca
- Cambios a nivel psíquico:
- Depresión.
- Ansiedad.
- Autolesiones.
- Pensamientos autodestructivos y comportamientos suicidas.
¿CÓMO TRATAR EL TRASTORNO ALIMENTARIO POR OBESIDAD?
El tratamiento, una vez detectada la enfermedad, deberá ser integral. Será de gran prioridad paliar la sintomatología. Pero se deberá trabajar, en todos los aspectos de la persona, que han sido dañados.
Como hemos mencionado anteriormente, los trastornos alimentarios son la punta sintomática del iceberg, la cual se sostiene por causas que hay en nuestro preconsciente.
Gracias a Sigmund Freud, sabemos que la mente, al igual que otros sistemas, es dinámica y, por tanto, sus circuitos se van modelando, sobre todo en las fases más tempranas de la vida. Cambian a partir de las experiencias y de cómo las interpretamos. Según Freud, hay fuerzas que reprimen los recuerdos más dolorosos y estos solo pueden llegar a salir al exterior (consciente) rompiendo aquello que los oprime, siempre y cuando la persona se encuentre relajada y se sienta en un entorno seguro y saludable como puede ser su entorno terapéutico de confianza (por eso la importancia de la alianza terapéutica). Si conseguimos rescatar aquello que nos causa tanto dolor, podremos modificar la percepción de la parte dolorosa o quizás aprender a tratarlo mediante la donación de los recursos adecuados.
TRATAMIENTO INTEGRAL
El tratamiento integral, consistirá en tratar todas las áreas que están dañadas:
- Tratamiento del Área Física
- Tratamiento del Área Conductual
- Tratamiento del Área Cognitiva y Emocional
- Integración del Área Socio-Familiar
- Tratamiento para la Recuperación y Evitación de recaídas
TRATAMIENTO ÁREA FÍSICA
La sintomatología física es la primera área a tratar y es muy importante tenerla presente. Si se volviera a presentar en algún otro momento de otra fase, nos puede indicar un retroceso o recaída. Se inicia el tratamiento, una vez, realizado el diagnóstico.
Su objetivo es la recuperación física y una correcta pauta médica personalizada según las necesidades del paciente:
- Ingesta programada siempre acompañada de alguien que supervise el tiempo de comida y lo que se come (diseño de un menú).
- Medicación pautada a corto y a largo plazo. (nunca debe estar en manos del enfermo y siempre se debe asegurarse de que se la entrega en un vasito y de que ha sido tragada).
- Actividad física moderada y controlada.
TRATAMIENTO DEL ÁREA CONDUCTUAL
Esta fase, estará centrada básicamente en 3 pilares, que contribuirán a reforzar el trabajo del área anterior:
- Mejora de los hábitos de ingesta, para que no haya sobreingestas.
- Control de las conductas destructivas o autolesiones
- Estabilidad y autocontrol de la conducta
TRATAMIENTO DEL ÁREA COGNITIVA Y EMOCIONAL
Los objetivos principales de esta fase son muy importantes, recordemos que para llegar a ellas es importante el trabajo exitoso de las dos anteriores.
- Aumentar la adherencia al tratamiento
- Trabajar y mejorar la consciencia de enfermedad
- Trabajar y aprender un adecuado manejo de las emociones (Inteligencia emocional)
- Trabajar los falsos sentimientos de culpa (ayudará a disminuir la sintomatología y sobre todo los falsos sentimientos de culpa, que pueden dar lugar a las autolesiones).
INTEGRACIÓN EN EL AREA SOCIO- FAMILIAR
Cuando el proceso de recuperación ya esté más avanzado, será muy importante poder trabajar esta área. Consta básicamente de los siguientes puntos:
- Ayudar en la reconstrucción de las relaciones familiares. Facilitando herramientas para el diálogo y la comunicación.
- Proporcionar a la persona recursos para mejorar su asertividad y sus relaciones.
- Ayudar a la persona a saber afrontar situaciones amenazantes o peligrosas que puedan posibilitar su recaída.
FASES DE RECUPERACIÓN
El camino de la recuperación no es fácil, al principio provoca en la persona toda una descarga emocional (se sienten como si les hubiera arrollado un coche), ya que es realmente agotador y muy duro. El objetivo es que mediante el recuerdo, se llegue a la reconstrucción de los hechos pasados, creando un punto de inflexión, el que en su momento provocó la ruptura entre la ingesta normal y la patológica.
Otro punto importante a tratar, es como hemos mencionado anteriormente, los falsos sentimientos de culpa. A veces son tan fuertes, que pueden llevar a la persona, a un proceso de autodestrucción muy peligroso.
Los sentimientos de culpa dominan a la persona. Ella se atribuye la culpa por hechos ocurridos de los cuales no es culpable, pero objetivamente vive con la carga, la ansiedad y el peso como si lo fuera. De tal manera que se autocastiga, alejándose de la realidad, siendo su única escapatoria y en lo lo único que piensa: la liberación del malestar, mediante sus castigos y el abuso de comida.
Como psicólogos, hay que ayudar a las personas, que padecen en general trastornos de alimentación. Profesionales que puedan observar lo sucedido, no desde una manera subjetiva sino con los ojos de una visión objetiva y profesional, para que se pueda entender, que cualquier persona, puede ser una víctima de todo lo sucedido. Cualquiera de nosotros puede ser víctima de una enfermedad mental.
Los pensamientos que hay en nuestra mente, tanto los positivos como los negativos, son resultados de la percepción de la realidad que tenemos, las experiencias vividas y los aprendizajes adquiridos. Una percepción errónea de los pensamientos, nos lleva a entender la realidad, de una manera que nos produce malestar.
La parte positiva, es que gracias a la neurociencia cognitiva, sabemos que nuestra mente tiene un alto grado de plasticidad, permitiéndonos detectar, modificar e inclusive crear pensamientos nuevos, gracias a la creación de nuevas conexiones neuronales.
“Karen tardó más de dos años en mejorar considerablemente. Todavía hoy, tiene que estar muy atenta a si su cuerpo, le manda alguna señal de alerta, que le indique una posible recaída. Después de su ingreso en un hospital durante 8 meses, sigue acudiendo a visitas semanales con el psicólogo y mensuales con el psiquiatra. El camino, para Karen, no ha sido fácil. Ahora, ha podido darse cuenta, que ella es la víctima. Así, reunir fuerzas, para denunciar, al padre de Keila. En tres semanas, se verán, las caras en los juzgados”.
Como psicóloga, quiero dejar claro, que no todos los casos de Trastornos Alimentarios por Obesidad están relacionados con abusos sexuales, estos son mucho más elevados en los casos de Anorexia y Bulimia. Pero sí que existen y siempre hay un origen detonante excepto en familias muy irregulares a nivel sistémico donde la comida de por sí es el problema.
“No todas las heridas son superficiales, casi todas las heridas son más profundas de lo que nosotros pensamos. No se ven a primera vista. Luego están las heridas que nos pillan por sorpresa. El truco está en hurgar en la herida hasta encontrar la verdadera causa del dolor y, cuando lo encuentres, hay que dejarse la piel hasta curarlo”.
Anatomía de Grey