Esperando “la ola perfecta”
En Estados Unidos, concretamente en el estado de California se encuentra el destino soñado de los mejores surfistas; el gran arrecife de Mavericks. Mavericks, es un lugar mágico gracias a sus corrientes submarinas. Se forman olas realmente increíbles, llegando a alcanzar los 15 metros de altura a lo largo de una distancia de más de 3oo metros. Estas impresionantes olas emergen con fuerza hacia al exterior, al encontrarse con el arrecife submarino, produciendo que el agua se comprima, elevándola a la superficie de una manera casi sobrenatural.
Si usted se encuentra leyendo estas líneas es probable que piense que se ha equivocado de página, ya que aparentemente poco tiene que ver el surf con lo que usted espera llegar a encontrar en una página de psicología, pero permítame que le anime a seguir leyendo estas líneas ya que en el fondo cada uno de nosotros debe cada día aprender a surfear con las olas de la vida.
En las playas de todo el mundo, cada vez se observa más gente practicando este deporte. Para la mayoría de sus seguidores es una experiencia, que va más allá de una actividad física, engloba una forma de pensar y de vivir. I es que cursiosamente, el surf, ha establecido en muchas personas una forma diferente de afrontar y entender su estilo de vida. Muchos son los testimonios que así lo han transmitido a lo largo de sus propias vivencias personales, hace unos años muchos de nosotros eramos conmovidos con la vida de la surfista Brittany Hamilton… , su historia de superación la llevó a las grandes pantallas de todo el mundo, traspasando la barrera cinematográfica y llegando a los corazones de muchos hogares. A esta joven adolescente, una parte de su vida le fue arrancada el día que un tiburón blanco la dejó sin brazo.
Muchos profesionales del surf han dejado huella con impactantes testimonios, en donde hay un claro mensaje de cómo este deporte cambió sus vidas. Muchos de ellos no dudan en afirmar como el surf ha creado en ellos una relación beneficiosa y positiva entre su persona y naturaleza.
Más allá de los beneficios bien conocidos por todos que aporta el deporte, los practicantes de este deporte entienden que el surf les crea el equilibrio tan buscado por el ser humano, el equilibrio perfecto de su yo, dando lugar a la equación perfecta:
Otro factor fundamental en este deporte, que permite seguir creando un paralelismo con nuestra vida, es el ejercicio de la paciencia que el surf requiere.
¿Por qué es importante trabajar la paciencia?
La paciencia es necesaria trabajarla a lo largo de la vida, vivimos en una sociedad en que desde pequeños se ha incitado a aconseguir las cosas al momento y vivir el presente sin pensar las consecuencias que se pueden producir de malas decisiones, la paciencia ha de ser vista como una herramienta costosa de trabajar, porque requiere cambiar la necesidad imperiosa de conseguir las cosas al momeno, pero es posible y necesario para poder reservar las energías para el momento óptimo, aquel momento de creación y subirse a esa “ola perfecta”.
Una vez más encontramos la importancia de la paciencia, en el deporte del surf, estos grandes peces humanos aprenden a trabajar su paciencia día tras día, para saber esperar y aprovechar el momento de la ola perfecta, pero evidentemente para ellos, la paciencia no sólo se ejercita en estos momentos. También es importante aprender a disfrutar ese momento efímero y fugaz que lleva tras la esperada ola, y aunque para muchos todo termine cuando el surfista cae de su tabla rompiendo con la ola, ese momento sigue siendo crucial ya que la persona, debe aprender a sobreponerse al momento de “caos” de esta fuerte caída en la que uno se ve arrastrado por la ola. Aprenden a sobreponerse a esa dura caída, levantarse y recuperar el equilibrio para no dejar de avanzar a pesar de los duros golpes de las circunstancias.
Después de habernos sumergido un poco en el mundo del surf, cree usted que existen algunos paralelismos con su vida?
Le animo a que pueda tomarse unos minutos de reflexión después de lo que ha podido leer en las líneas anteriores. Un buen ejercicio sería que se animara a elaborar una lista.
Le animo a que siga profundizando en las enormes circunstancias de la vida, que actúan como fuertes oleajes o porque no…a veces como tsunamis. Hay momentos a lo largo de nuestras vidas que sentimos que nos encontramos en un inmenso océano, en que las olas de la vida nos derrumban una y otra vez. Estoy segura que incluso habrá momentos en que las olas eran tan grandes que ni tan siquiera encontraba una tabla a la que amarrrase, momentos en los que se sentía realmente exhausto para hacer frente a la inmensidad y soledad del océano. A veces nos sentimos tan exhaustos que inclusive cuando llega esa ola perfecta, se sentía que apenas le quedan fuerzas para manetenerse en vida.
Anteriormente, comentábamos como para muchos surfistas, las caídas en medio de ese inmenso mar, no son vividas ni entendidas como derrotas, sino como una puerta que se abre ante otra oportunidad, una nueva ventana de esperanza en la que reencontrar y recuperar el equilibrio físico y mental que a veces perdemos mar adentro.
Aunque cuando nos encontramos dentro del inmenso océano no lo vemos así, pero a veces es necesario caer, caer nos permite nos permite recuperar a veces la perspectiva perdida y poder volver a construir. Caer puede permitirnos abrir una nueva puerta , una nueva oportunidad para empezar a construir. Coger fuerzas una vez más para subirnos a la tabla de la vida y esperar esa ola que nos lleve poco a poco a recuperarnos física y psicológicamente.
Si usted se encuentra leyendo este post, es probable que piense que el paralelismo entre el surf y la vida real, no está mal para hacer una psicología simplista sobre como encotrar el bienestar, pero seguramente piense que está lejos de poder ayudarle o ser aplicable a sus circunstancias. Es cierto que muchas veces tendemos como profesionales a explicar lo que uno debe hacer, explicamos los pasos que uno debería seguir, desde una teoría muchas veces alejada de las personas reales y de lo complicado que puede llegar a ser.
Le sugiero una vez más que haga una pauta en la lectura. Le animo a que visualize a través de cualquier vídeo documentado, el momento en que un surfista cae al agua y debe levantarse de manera rápida antes de que aparezca otra ola que lo arrastre con la corriente, a priori parece fácil, verdad? La verdad es que no lo es! Si nos paramos a analizar el momento, podemos observar que una vez que se cae para salir del agua y ponerse otra vez de pie sobre la lancha, se requiere muchísimo tiempo de sacrificio, entrenamiento y también dolor.
Lo mismo lo podemos ver en las circunstancias diarias a las que nos vamos enfrentando. La olas con las que nos afrontamos diariamente se nos llevan una y otra vez, a veces vienen tan seguidas que parece que apenas nos dejan tiempo para recuperar un poco de aliento. Nos desgastan., nos desmotivan y nos hieren. A veces nos llevan a pensar que es mejor dejarnos llevar por la multitud de las olas…quizás aparentemente es lo más sencillo, pero le animo a que se recuerde a si mismo que no es lo mejor y que para nada es la mejor solución, no olvide que usted tiene derecho a disfrutar de su “ola perfecta”. Con práctica, entrenamiento y sacrificio usted también va a poder levantarse de nuevo, pero ¿ como lo conseguimos? ¿Cuál es el entrenamiento a seguir para convertirnos en surfeantes y no en náufragos destinados al fracaso?
Las emociones, pensamientos y actos juegan un papel muy importante a la hora de entrenar y construir las herramientas adecuadas para trabajar las circunstancias que cada día se nos presentan.
A continuación, le explicamos en pasos sencillos como funciona el sistema complejo que nos permitirá volver a surfear, y le ayudaremos mediante unas sencillas pautas funcionales para poder afrontar las situaciones lo más saludablemente posible y poco a poco irnos sintiendo mejor.
¿CÓMO FUNCIONA NUESTRA MENTE?
Múltiples estudios científicos i la mayoría de escuelas de psicología hablan de una continuidad demostrable entre los tres grandes ejes de la conducta humana:
PENSAMIENTOS —– EMOCIONES —– ACTOS
Si analizamos un poco más la secuencia que acabamos de presentar podemos observar que los pensamientos, las emociones y los actos no sólo se relacionan entre sí, sino que a diario nos acompañan en todo lo que hacemos e influyen de una manera que no podemos ni imaginar. Unos se convierten en causantes de los otros y los alimentan hacia un final bueno o por lo contrario, destructivo.
A veces estos conceptos se entienden mejor en la práctica para ello pondremos el siguiente caso clínico:
“ L. M. es una chica de 27 años que acude a mi consulta porque se siente sola, expresa que es incapaz de establecer relaciones fuertes con las personas que la rodean. Su incapacidad la lleva a no salir de casa junto a alguien y pierde su oportunidad de un nuevo empleo por ser “ poco sociable para el puesto”.
Cuando le preguntamos porque se siente de esta manera L.M. expresa que continuamente le vienen recuerdos de su adolescencia en que su padre siempre le infravaloraba mediante frases como:
“ Lo que tienes que hacer es limpiar y ordenar la casa, se nota que los estudios no son lo tuyo”
“ Nunca encontrarás un chico que te aguante y menos con lo aburrida y tímida que eres”
Estas palabras a lo largo de la adolescencia de L. M. fueron calando hondo en ella hasta el punto que la paciente las interiorizó como pensamientos propios.
Actualmente los pensamientos negativos que L.M. se repite constantemente, le han afectado a nivel no sólo de su autoestima y valoración personal, sino en su esfera emocional. L.M. tiende a sentirse triste, insegura y miedosa. Como podemos observar, sus pensamientos negativos le han llevado a que en su vida prevalezcan y los acepte como propios a la hora de describirse y valorarse como persona.
Pensamientos negativos —– Emociones negativas
L.M. se siente sola, no ha acudido a ningún evento social en los últimos 8 años, porque se siente incapaz, piensa que va a hacer el ridículo y que terminará llorando en una esquina. Las emociones negativas que la invaden hacen que llore continuamente y le crea una gran inseguridad hasta el punto de sólo salir de casa para lo imprescindible.”
Con este ejemplo clínico hemos podido ver como el cuadro emocional que presenta la paciente afecta a sus acciones:
Emociones negativas —– Actos negativos e inhibitorios
El ejemplo que acabamos de exponer se presenta, en menor grado en cada uno de nosotros. Si volvemos al mundo del surf, veremos que estos deportistas trabajan diariamente con la visualización de lo que pretenden conseguir, su meta es un beneficio positivo, para ello, tendrán que alimentar su cerebro de pensamientos positivos que le ayuden a canalizar sus emociones y actos hacia esa meta.
A continuación le animo a que durante un día lleve con usted una libreta pequeña, en ella tendrá que ir escribiendo sus pensamientos negativos cuando sean coscientes, al terminar el día usted mismo podrá observar como estos pensamientos negativos, son grandes protagonistas diarios de su vida!
Ahora que hemos podido comprobar y observar como conviven con nosotros y pueden llegar a afectar estos pensamientos negativos, es importante que aprendamos a darles la vuelta. Pero antes hemos de recordar que el aprendizaje de pensar negativamente viene dado desde muchos años atrás e inclusive muchas veces reforzados por la gente que nos rodea, así que debemos esforzarnos y ser perseverantes, porque será necesario desaprender lo negativo para abrirle la puerta al pensamiento bueno y positivo.
A continuación le proponemos unas pautas que pueden ayudarle:
- Los pensamientos negativos han de ser substituidos por pensamientos gradualmente más positivos y adaptados. A veces es bueno investigar el origen de esos pensamientos destructivos, sino lo conseguimos puede ser necesario la ayuda de un profesional de la psicología que nos ayude a encontrar y potenciar nuestras propias herramientas para poder hacer frente a los pensamientos destructivos.
- Las emociones y sentimientos no deben reprimirse. Tristemente, a veces, debido a la influencia cultural, tendemos a reprimir todo aquello que sentimos mediante la construcción de una fuerte barrera emocional. La sociedad huye de todo lo que esté relacionado con las lágrimas y el dolor, nos han enseñado a que no es de “adultos” llorar o que es un signo de debilidad. Yo le animo a que se tome su tiempo y su espacio (en el que se sienta comodo) para expresar todo aquello negativo que se enccuentre en su interior, libérese de sus emociones negativas.
- El tercer aspecto que le aconsejo trabajar son los actos que usted lleva a cabo. El concepto de no dejar que los pensamientos ni las emociones nos paralizen es muy importante. La actitud nos ayudará a regular aquello que nos promueve malestar, ya que en la medida en la que pongamos la atención en la la actividad a realizar, desviaremos niestra mente de los pensamientos perjudiciales para nuestro bienestar.
Confiamos en que las líneas de este post puedan contribuir de manera positiva y saludable a su calidad de vida. Recuerde que el esfuerzo que usted ponga en su entrenamiento tendrá su recompensa a través de las circunstancias de la vida, ya que como bien decía Swami Vivekanada:
“Para tener éxito, debes tener una enorme perseverancia, una enorme voluntad. El alma perseverante dice: Voy a beber el océano”. Swami Vivekanada