Mi fragilidad me hace fuerte
En la película “Hacia rutas salvajes” hay una frase que siempre lo he considerado como un lema en mi vida y creo que en pocas palabras resume una gran verdad:
“La fragilidad del cristal no indica debilidad sino calidad.”
Constantemente estoy en contacto con personas que expresan lo mal que se sienten por estar mal. No solo han de sufrir por la enfermedad o problemas que están sacudiendo sus vidas sino que encima tienen que sentir un falso sentimiento de culpabilidad que desgraciadamente lo único que hacen es añadir más peso en sus mochilas.
Cada día todos somos “bombardeados” por frases positivas sobre la vida: como debemos ser y comportarnos en determinadas situaciones. Muchas veces en terapia acostumbro a parodiar esta situación: Las personas te cuentan las batallas por las que están atravesando y me expresan: “se que no debería sentirme así porque claro, hay cosas peores”.
Entonces es cuando yo les pregunto: ¿Te hace sentir mal? Si es así, da igual que relativamente no sea de vida o muerte, te hace sufrir y ese hecho es más que suficiente para darle toda la importancia necesaria.
¿Quién de nosotros cuando abre alguna de sus redes sociales no lee alguna frase sobre tener que ser feliz, valiente e implacable?
Si fuera tan fácil…¿ Por qué no lo hacemos? Seguramente este “ bombardeo” al que nos vemos sometidos puede ser por desconocimiento, miedos impuestos o inclusive gente que se atreve a hablar sin saber.
Lo cierto es que las personas experimentamos emociones, experiencias que nos llevan a veces a situaciones que sí, nos derrumban, nos hacen sentir vulnerables y culpables.
Creo que a día de hoy sigo sin entender exactamente el problema de mostrarse tal y como uno se siente. Admitimos la alegría, pero no la tristeza. La sonrisa, pero no las lágrimas.¿Por qué? ¿Hemos aprendido a alejarnos del dolor? Seguramente sí.
El problema para mí llega en el momento en que nos abatimos y todo el mundo te insiste de que no es para tanto… yo siempre pienso que sí a mí me hace sentir mal, sí es para tanto.
Evidentemente todo se puede relativizar, pero esto no nos hace sentir mejor, porque para nosotros la batalla que estamos luchando sí es importante.
Con todas estas olas de pensamiento simplista y positivista, aún nos sentimos peor, en lugar de entender que estamos expresando una batalla interior. Es importante identificarla para poder examinarnos y ver qué recursos podemos usar para sobrellevar la situación. Debemos recordar que llorar, derrumbarse no es perder es expresar.
Hablando un día con una amiga, me comentaba que sentía vergüenza de haber llorado ante una situación de impacto. No tenía bastante con haber sido testimonio activo de la situación sino que encima se sentía mal por sentirse mal, tenía sentimientos de culpa infundados.
Hay que llorar, derrumbarse y luego luchar, de eso no hay duda, pero también debemos entender que expresar cómo nos sentimos para nada es un signo de debilidad, al contrario, expresar cómo uno se siente es un símbolo de fortaleza.
Luchar las batallas, emocionarnos, ser sensibles no es una debilidad es un estado que canalizado de la manera adecuada puede ser no solo de ayuda ante la situación de crisis que estés atravesando, sino de ayuda para otras personas.
Desde la sensibilidad se puede llegar a todos los corazones, a otras personas que también luchan cada día, solo desde la sensibilidad a veces encontramos los recursos para hacernos más fuertes.
Te animo a que te escuches, expreses, entiendas tu dolor, lo aceptes y sólo después lo dejes ir. Te animo en que encuentres en tus llantos, tu fortaleza, tus recursos, tu ventana para hacerte más fuerte.
Derrumbarse, luchar y reconstruir una situación que nos ha llenado de dolor, no es de debiles, es de valientes. Recordad que en ningún momento debemos cargar nuestra mochila con la falsa culpabilidad.
Te animo a que no cargues tu mochila de sentimientos de culpa infundados. Tienes derecho a sentirte triste si así te hace sentir tu situación pero recuerda lo que expresaba Yasmina Reza: “ Puedes ser sólido y frágil. Por otra parte la fragilidad es lo que hace soportable la solidez”